Julián Martel en su novela “La Bolsa” describió a fines del siglo XIX las vinculaciones entre el juego, la política y las finanzas. Eran épocas de enriquecimiento fácil y rápido para quienes estaban alrededor del poder y de vida miserable para los sectores populares. El crack bursátil, la crisis económica y la decadencia del establishment , abrió paso a revueltas populares que tuvieron su síntesis en la Revolución del Parque.
Juan Balestra en su inventario “El Noventa” escribirá: “Ni las ciudades ni los campos, ni las entrañas de la tierra o de las montañas, las artes y las ciencias dejan de ser materia de sociedades anónimas, cuyas acciones se precipitan en la vorágine de la bolsa”.
En su magistral biografía de Juan B. Justo, Dardo Cúneo describirá aquellos años: “Una de las formas decisivas que asumen la colonización capitalista es la especulación desenfrenada. Los capitales son consagrados a la especulación, no se radica en empresas de producción, describen por el contrario la rápida pirueta del juego..” Por el puerto llegan los hombres nuevos… En la ciudad está surgiendo un clamor. Se define contra el unicato que el Presidente de la República ejerce…. Aristóbulo del Valle lo denunció desde su banca en el Senado: “Porque el Presidente de la República interviene personal, individualmente y fuera de la Constitución, en todos los actos de la vida política argentina, porque al Presidente de la República se le consulta para nombrar gobernadores y diputados y el Presidente dice si son o no de su simpatía; porque si se presenta un conflicto como el de Mendoza, la provincia cambia cuatro candidaturas para gobernador, con la anuencia y la consulta previa, por cuatro veces repetida, al Presidente de la República, porque si se trata de elegir un gobernador en Santa Fe, Santiago, Entre Ríos, Catamarca o cualquiera otra provincia argentina, incluso quizás la de Buenos Aires, también se le consulta al Presidente de la República y el Presidente de la República interviene en todas partes en esta forma familiar, incostitucional y violatoria de todos los principios y que suprime totalmente la vida federal”.
Entrando al siglo XX, en aquella Argentina en crisis, la movilización social abrirá el cauce en 1916 al primer gobierno en la historia electo por la voluntad popular.
La historia nunca se repite, sí deja muchas enseñanzas, la primera es que veinticinco años de democracia continuada indican un camino del nunca más a las horribles dictaduras militares que produjeron tanto dolor a millones de argentinas y argentinos y el despojo de nuestras riquezas.
Ezequiel Martínez Estrada quien se definía a sí mismo como “un puritano en el burdel” escribió "Radiografía de la Pampa" luego del golpe de Estado de 1930. Su imagen de puritano la daba al enterarse que el guardaespaldas del Presidente era a la vez levantador de juego. A partir de aquel golpe, el fraude patriótico,los prostíbulos y las mesas de juego que eran la expresión del burdel nacional, amplificaban su significado. En el Senado de la Nación en julio de 1935 un ex comisario, Ramón Valdés Cora, asesinaba a Enzo Bordabehere queriendo matar a quien denunciara el negociado de las carnes con Gran Bretaña, Lisandro de la Torre.
La rueda gobiernos democráticos-golpes de estado se sucedieron a partir de 1930, en 1955, en 1966 y 1976 demostrando siempre, que cada dictadura fué profundizando con respecto a la anterior en represión a los sectores populares y expoliación a los trabajadores y la riqueza nacional.
El país vive una larga transición democrática que terminará el día que asumamos vivir en un país normal. Ese camino debe recorrerse con transparencia y decencia en el manejo de lo público, con creciente participación ciudadana y con avances concretos y cotidianos en la justicia social.
Días pasado el Congreso transformó en ley el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo que abre las puertas al blanqueo del lavado de dinero.
Hoy vivimos los tiempos de la globalización donde el tráfico de personas, de armas y de drogas son los delitos más deleznablemente rentables.
Abrir la puerta al blanqueo de capitales sin preguntar de dónde ni de quién vienen es abrir una puerta muy peligrosa, en una realidad donde el juego, la droga y la especulación financiera son moneda corriente.
Política y negocios son dos cuestiones diferentes, confundidas una con otras producen enriquecimiento rápido para algunos empresarios de una parte y para funcionarios públicos de la otra, nunca el bienestar para la sociedad.
La muestra palpable que las políticas neoliberales sólo produjeron mayores desigualdades y mayor miseria a los sectores populares abre una etapa de la necesaria presencia del Estado como regulador del mercado y generador de equilibrio distributivo. Algunos desde el Estado en la búsqueda de mayor acumulación del poder, no sólo borran fronteras con el mercado sino que ingresan en su dinámica y en su lógica: No existe diferencia entre la “caja neoliberal” o la “caja revolucionaria”, cuando los dineros públicos son destinados a otros fines no tiene otro nombre posible: es corrupción. La falta de transparencia aleja a la sociedad del Estado y de la política. La transparencia y la ética en la función pública es el prerrequisito para posibilitar la verdadera palanca de cambio posible en democracia: la participación ciudadana.
Lamentablemente el blanqueo de capitales avanza en la dirección contraria.